Abscesos profundos del cuello

Abscesos profundos del cuello

Los abscesos de cuello se definen como procesos de origen infeccioso, que forman colección de material purulento a través de los planos profundos del cuello, formados por fascias, puede involucrar uno o varios de los espacios. Además pueden estar localizados o diseminados y generar complicaciones de extrema gravedad locales o a distancia y poner en riesgo la vida.

Las infecciones del espacio profundo del cuello provienen más comúnmente de un foco séptico de los dientes mandibulares, amígdalas, glándulas parótidas, linfonodos cervicales profundos, oído medio ó de los senos paranasales.

Factores de Riesgo

  • Diabetes Mellitus es la principal enfermedad asociada en el APC.
  • Portadores de VIH.
  • Lupus eritematoso sistémico.
  • Insuficiencia renal crónica.
  • Estado metabólico descompensado.

Clasificación

Existen múltiples clasificaciones de los abscesos de cuello; una de ellas se enfoca a la situación anatómica y es útil en el momento de decidir la intervención sobre el paciente: 

1. Superficiales: Afectan el tejido celular subcutáneo, son autolimitados, no ofrecen problemas para el diagnóstico o tratamiento, no sobrepasan la aponeurosis superficial. 

2. Profundos: 

2.1 Suprahioideo.

  • Submentoniano. 
  • Submaxilar. 
  • Parotideo.
  • Periamigdalino. 
  • Retrofaríngeo o Infrahioideo.
  • Tirohioideo (del conducto tirogloso). 
  • Laterofaríngeo (Faringomaxilar).

 2.2 Circunscrito: 

  • Laringotraqueal. 
  • De la vaina del músculo esternocleidomastoideo.
  • Sub-aponeurótico y de la vaina carotidea o Difuso. 
  • Absceso profundo difuso.
  • Celulitis cervical difusa.

Características clínicas.

Las infecciones profundas de cuello comparten algunas características clínicas típicas. Los pacientes con abscesos periamigdalinos, parótideos, parafaríngeos y submandibulares generalmente presentan malestar o dolor faríngeo y trismus (incapacidad para abrir la boca), este síntoma indica presión o infección de los músculos de la masticación (masetero y pterigoideo) o afección de la rama motora del nervio trigémino. La disfagia y odinofagia, son secundarias a inflamación alrededor de las articulaciones cricoaritenoideas. La disfonía o afonía, son hallazgos tardíos en las infecciones de cuello y pueden indicar afección del nervio vago; la paresia unilateral de la lengua indica afección del nervio hipogloso. El estridor y la disnea, pueden ser manifestaciones de presión local o extensión de la infección hacia el mediastino. Los hallazgos a la exploración física incluyen edema de la cara y cuello, eritema y descarga oral purulenta.

Criterios diagnósticos

El adecuado manejo de los abscesos de cuello dependen altamente de la localización y la profundidad de involucro del cuello, y el diagnóstico por imagen es esencial en casi todos los casos.

  • Radiografía simple AP y lateral de cuello.
  • Ultrasonografía de cuello.
  • Tomografía computarizada (TC): Es el estudio de imagen de mayor utilidad para el diagnóstico y plan quirúrgico, con un valor predictivo positivo de 82% y valor predictivo negativo del 100%.

Tratamiento

Todos los pacientes con infección profunda de cuello deben recibir terapia antibiótica empírica inicial hasta que los resultados de los cultivos estén disponibles. La terapia empírica debe ser efectiva contra las bacterias aerobias y anaerobias que comúnmente están involucradas, y, una vez disponible, los resultados de los cultivos y sensibilidad pueden permitir ajustar a una terapia antibiótica adecuada.

Recomendamos iniciar con tratamiento médico empírico a base de:

  1. 1.- Cefalosporinas de 3era generación como: Cefotaxima, ceftazidima, ceftriaxona, entre otras, a dosis de 1 a 2 gramos IV cada 8 horas (para gram positivos y negativos).
  2. 2.- Metronidazol 500mg IV cada 8 horas y/o Clindamicina 600mg cada 8 horas (para anaerobios).

Absceso periamigdalino:

Se localiza entre la cápsula amigdalina y el músculo constrictor superior. Es la infección más frecuente de los espacios profundos del cuello.

Se considera como el origen de la infección un grupo de glándulas salivales que se encuentran en el espacio supraamigdalino y vierten su contenido de saliva a la porción media de la amígdala. 

El diagnóstico se realiza con la inspección faríngea, punción y el recuento leucocitario, menos frecuente hay que recurrir a la ultrasonografía intraoral o tomografía computarizada. En más del 33% de los casos se aísla flora mixta aerobia y anaerobia. El germen aerobio más frecuente es el Streptococcus beta hemolítico del grupo A seguido de Haemophylus influenzae y Staphylococcus aureus.

El tratamiento tiene cuatro vertientes puede ir desde el tratamiento enérgico parenteral, la punción y aspiración, la incisión más drenaje (vía oral) y la amigdalectomía en el momento. La amigdalectomía diferida, “en frío”, casi siempre se realiza en el segundo episodio de absceso. 





Absceso submandibular

Su aparición está relacionada con alguna infección dental en la región apical. Cuando la colección de pus está por encima del músculo milohioideo se le llama absceso sublingual, y éste a su vez, puede evolucionar al submandibular. Se drena por vía oral y/o vertical. Una forma especial por su extrema gravedad es la angina de Ludwig. Se trata de una celulitis gangrenosa del piso de la boca, que se puede extender rápido por la región y a otras áreas, incluyendo mediastino. Aumenta considerablemente de grosor la lengua y los músculos suprahioideos, se desplaza la lengua hacia atrás y arriba, y no suele haber fluctuación. Potencialmente puede progresar a la vaina carotídea. En la fase inicial el tratamiento es antibiótico, en etapas avanzadas hay que realizar traqueotomía más cervicotomía.

Absceso parotídeo

La aponeurosis que cubre la glándula parótida, tiene numerosos tabiques, lo que origina abscesos loculados, por lo que es necesario realizar múltiples aberturas en la glándula a la hora de drenarla. No existe espacio anatómico entre la fascia y la glándula, por lo que las infecciones de este espacio siempre son de la glándula o bien de sus ganglios.


Absceso retrofaríngeo.

Es más frecuente durante la infancia, en <5 años, como complicación de una infección nasofaríngea, cuerpos extraños, traumatismos de la faringe o adenitis supurada. En el adulto está relacionado con el traumatismo quirúrgico o cuerpo extraño.

Clínica.

  • Tortícolis.
  • Estridor inspiratorio.
  • Sialorrea.
  • Voz nasal.
  • Odinofagia.
Métodos diagnósticos.

  • Rx cervical lateral: Para que se alcance a detectar, el ensanchamiento tiene que ser superior 2 1/2 veces a los cuerpos vertebrales C2 o C3; cuando exista obliteración de la columna aérea; presencia de gas; o rectificación de lordosis cervical.
Tratamiento.

  • Se drena por vía oral en posición Trendelemburg.

Absceso faringoamígdalino.

El espacio en donde se encuentra es afectado en el 30% de los abscesos profundos del cuello. Localizado en el espacio parafaríngeo también llamado faringomaxilar o laterofaríngeo en la zona pre-estiloidea aparece un desplazamiento de toda la pared faríngea, moviendo la amígdala hacia abajo y hacia adentro. Provoca inflamación de la pared lateral de la farínge con o sin inflamación del pilar posterior.

Características clínicas.

  • Trismus por irritación del musculo pterigoideo interno.
  • Totícolis.
  • Disfagia.
Métodos diagnósticos.

  • Por punción y aspiración.
Tratamiento.

  • Cx por vía cervical.


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